Uno de los desafíos más relevantes a los que se enfrenta un contratante de seguros es la ambigüedad presente en muchas pólizas. Aunque estos documentos deberían definir con precisión los derechos, obligaciones y alcances de la cobertura, no es raro encontrar cláusulas redactadas con términos vagos, expresiones imprecisas o formulaciones que permiten interpretaciones diversas. Esta falta de claridad, lejos de ser un asunto meramente técnico, puede tener consecuencias severas al momento de exigir el cumplimiento de la aseguradora.
¿Qué se entiende por ambigüedad en un contrato de seguro?
Se considera ambigua toda disposición contractual que pueda interpretarse de más de una forma razonable. En las pólizas de seguro, este problema suele reflejarse en frases como “uso habitual del bien”, “eventos fortuitos” o “daños parciales”, que, sin una delimitación clara, quedan abiertos a la interpretación. En un escenario de reclamación, esta ambigüedad puede ser utilizada por la aseguradora para justificar un rechazo, incluso en situaciones donde el siniestro parecía claramente cubierto.
¿Por qué es tan frecuente este tipo de redacción?
Existen múltiples factores que explican la persistencia de cláusulas ambiguas en los contratos de seguro:
• Lenguaje excesivamente técnico o jurídico, que dificulta su comprensión para el usuario promedio.
• Contratos estandarizados, elaborados bajo modelos generales que no siempre se adaptan a las particularidades del asegurado.
• Falta de simetría contractual, ya que se trata de contratos de adhesión redactados por una sola de las partes.
• Complejidad inherente a ciertos productos aseguradores, como los seguros de vida, salud o patrimoniales, que requieren contemplar una amplia variedad de escenarios posibles.
¿Qué respaldo tiene el asegurado en la ley?
El marco legal mexicano reconoce esta problemática. Según el artículo 1851 del Código Civil Federal, si existe duda sobre el significado de una cláusula, debe preferirse la interpretación que produzca efectos sobre aquella que no los produce. Asimismo, cuando una cláusula ambigua se interpreta en perjuicio de quien la redactó, se debe favorecer al contratante, en este caso, al asegurado.
Este principio de interpretación pro consumidor ha sido reiteradamente confirmado por los tribunales y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. No obstante, en la práctica, la aplicación de este criterio puede verse obstaculizada cuando el asegurado no cuenta con el conocimiento necesario o con asesoría legal especializada para hacer valer sus derechos.
¿Qué puede hacer el asegurado ante una cláusula ambigua?
Informarse y prevenir sigue siendo la mejor defensa. Algunas recomendaciones clave incluyen:
• Leer detenidamente la póliza antes de firmar.
• Solicitar explicaciones por escrito sobre cualquier término confuso.
• Documentar con precisión lo ocurrido en caso de siniestro.
• Buscar asesoría legal si la aseguradora niega el pago con base en interpretaciones dudosas.
Apóyate con expertos
Frente a un rechazo basado en cláusulas ambiguas, no estás solo. En Gallbo Global Insurance Claimers, contamos con más de 26 años de experiencia en la defensa de asegurados y en la reclamación efectiva de seguros. A través de nuestro servicio Segunda Opinión, realizamos un análisis legal profundo de tu póliza y del rechazo que emitió la aseguradora, para determinar si tienes derecho a una indemnización y cómo puedes exigirla.
Nuestro equipo de expertos te acompaña en cada etapa del proceso, brindándote certeza jurídica, claridad y el respaldo necesario para que no se vulneren tus derechos.
Recuerda: al contratar seguros hazlo con agentes actualizados y al reclamar siniestros apóyate con expertos. Si deseas más información o tienes alguna duda, envíanos un mensaje por WhatsApp al (556) 145 5557.